Flora en los Pirineos 1-Plántas mágicas

PLANTAS MÁGICAS

Entre la flora de nuestros parajes hay de todo, "como en botica". No resulta raro encontrar bellas flores o frutos vivamente coloreados que, sin embargo, pueden matar o causarnos graves trastornos. Las plantas venenosas están ahí, junto a las demás. Por eso, tratemos de conocerlas y respetarlas sabiendo que en el monte, no todo puede ni debe ser orégano

Las brujas eran expertas en toda clase de hierbas. Con ellas y los más singulares elementos preparaban en su caldero ungüentos mágicos, pócimas curativas, eficaces venenos y filtros amorosos que guardaban en jarras y botellas. Depositarias de antiguos conocimientos transmitidos de unas a otras, las brujas de los más diversos rincones del mundo utilizaban los mismos elementos para fines semejantes.
Hoy sospechamos que el vuelo nocturno y otras de sus visiones eran producidas por ciertas plantas alucinógenas que, mezcladas con grasa, penetraban por los poros de su piel, tras frotarla enérgicamente.
Inquisidores y eruditos de la época han descrito la composición de estas unturas y el modo que tenían de administrárselas. Gracias a ellos, los investigadores modernos han identificado diversos elementos alucinógenos y varios narcóticos de extracción vegetal. Así sabemos que en algunas de sus combinaciones mezclaban belladona, beleño, adormidera, acónito, semilla de girasol, cannabis, cicuta, solano, amapola, digital, mandrágora, eléboro, etcétera.

Flor de la Belladona

En nuestros días la ciencia nos ha hecho observar que el aceite que se extrae del grano de estramonio si se aplica en las sienes provoca visiones que cabría pensar que se está asistiendo a una sesión de espiritismo. Las unturas mágicas cuya base era el acónito producían trastornos visuales, vértigos y alteraban los sentidos del gusto y del tacto. Cuando el mago quería ocasionar perturbaciones en los sentidos como la inteligencia utilizaba el aroma de belladona

Para casos maravillosos el jugo del cáñamo indio que se aplicaba en forma de compresas sobre una llaga o sobre quemaduras lograba activar la inteligencia del sujeto y le servía también como afrodisíaco. Para provocar dolencias consideradas se servían de fricciones hechas con zumo de celidonia; también usaban la cicuta que producía ataques de rabia y de tétano y con el cólquico se producían éxtasis y visiones.

Colquico

La mayoría de las plantas venenosas deben sus poderes a los alcaloides, sustancias que neutralizan ácidos y forman sales. Compuestas parcialmente por nitrógeno, obran en el organismo humano con inusitada energía y en función de las dosis deben considerarse venenos o medicinas. En este tipo de plantas, los pequeños detalles adquieren vital relevancia. El tomate, planta solanácea habitual en nuestra cocina, contiene solanina, glucoalcaloide tóxico incorporado a las partes verdes de la planta. Otro tanto ocurre con el tejo, venenoso todo el árbol a causa del alcaloide taxina que, sin embargo, no existe en la cubierta carnosa y comestible de su semilla. El aceite de ricino, de tan desagradable memoria, sería venenoso sin someterlo al calor que elimina la ricina.

Mata de Belladona

Belladona, beleño, estramonio y mandrágora quizá sean las cuatro plantas poseedoras de mayor renombre y fama como tradicionales plantas venenosas y mágicas. No hubo brujo ni bruja de la Edad Media o en los turbulentos días de la Inquisición, que ignoraran alucinógenos de tan gran reputación. Para su desgracia, el uso y abuso de tales hierbas acabó acarreándoles la peor de las muertes en la hoguera, siendo su único delito el consumir las drogas fuertes de moda en aquel momento.

Mata de Belladona

Estas plantas pertenecen a la familia de las solanáceas y han sido objeto de creencias, leyendas y fábulas de todo tipo, jugado un papel importante dentro de la cultura popular europea. Ya desde la antigüedad eran empleadas por los celtas, que las utilizaban en su "Filtro de Cirse" (compuesto por beleño, belladona y estramonio), o por los druidas y hechiceras en sus pociones "mágicas". También han estado muy emparentadas con la brujería y durante la Inquisición estaba prohibido su consumo. Tal vez este alto grado de difusión esté motivado por la germinación de estas plantas en cualquier lugar y clima.

Belladona (Atropa belladona)
Desde el mes de mayo florece la belladona. De origen europeo, estuvo vinculada a la brujería y a múltiples historias de envenenamientos célebres. Fue utilizada en el antiguo Egipto como narcótico, luego por los sirios para "alejar los pensamientos tristes", pero se difunde su uso en secreto por las brujas de la Edad Media.

Flor de la Belladona 

Atropa significa en griego "cruel o inexorable" aludiendo lógicamente a las mortíferas propiedades de la planta. Belladona se le puso porque las mujeres romanas tenían por costumbre tomar esta planta para dilatar las pupilas y así hacerse más deseables para los hombres. En efecto, la planta fue utilizada para embellecer a las damas ya que dilata las pupilas (contiene un alcaloide con este efecto) y como cosmético: el jugo del fruto enrojece la piel y se usaba para que las mejillas de las doncellas aparecieran encarnadas. Es una de las plantas que utilizaban las brujas en la Edad Media en sus Aquelarres y es extremadamente venenosa; no en vano se cuenta que está vigilada por el mismo Diablo todos los días del año salvo en la noche de Walpurgis en la que el demonio se dedica a ir, en compañía de las Parcas, puerta por puerta en busca de niños a los que devorar.

Fruto de la Belladona

Características de la planta
La Belladona es una planta herbácea perenne de la familia de las Solanáceas, de hasta metro y medio de altura, de hojas grandes, desiguales, pilosas, de color verde oscuro y ovales que tienen 20 cm como máximo. Sus flores son pardas, color púrpura en los bordes y más claras en el resto, en forma de campana globosa y tienen un mal olor característico. Florece entre mayo y agosto y los frutos son bayas de dos celdas negras, brillantes y con numerosas semillas en su interior. La parte medicinal utilizada son las hojas frescas y la raíz. La planta crece en lugares sombreados y puede reproducirse mediante la siembra de las semillas o por esquejes.

Beleño negro (Hyoscyamus niger)
El nombre de beleño se relaciona estrechamente con toxicidad. Beleño fue sinónimo de veneno y embeleñar, es decir, adormecer a alguien mediante el uso de esta planta, equivalía a envenenar. No es ajeno a ello la sentencia: “Al que come beleño no le faltará el sueño”. Ciertamente las cualidades hipnóticas de esta planta son dignas de consideración ya que crea sensaciones de pérdida de peso, ligereza e ingravidez y se siente la realidad de volar por los aires. Se cuenta que en la Edad Media, los gitanos arrojaban semillas de beleño al fuego de los baños públicos con el fin de trasponer y robar las pertenencias a los bañistas, una vez que aquellas liberaran sus peligrosas sustancias.
Los intoxicados por beleño se sumergen en estados narcóticos; estas virtudes son comunes al beleño blanco y al beleño negro. Hoy en día sus formas farmacéuticas son múltiples y los médicos lo usan en sus preparados asociándolo a otros medicamentos. El beleño, diabólico en su época, se ha reconciliado con su doloroso pasado dado al uso que hoy en día se le da en la medicina y en la farmacia .

Beleño negro

Características de la planta
El uso del beleño era conocido ya en los siglos V y VI. Los antiguos egipcios se valían del aceite de beleño para el alumbrado, sacando de las semillas un aceite para sus lámparas mágicas. También en Egipto sus habitantes utilizaban las hojas de una variedad de beleño no venenoso para dormir a los niños. Homero describió algunas bebidas mágicas cuyos efectos parecen indicar que el beleño era su principal ingrediente. Desde tiempos muy remotos se conoce la propiedad del beleño para mitigar el dolor y se empleaba para aliviar los sufrimientos de los sentenciados a tortura y muerte, ya que tiene la ventaja de que no sólo alivia el dolor sino que induce a un estado de completa inconciencia. Además, el zumo hervido de esta planta, forma una jalea blanca y brillante, que puede usarse en pintura y las hojas se utilizan para teñir la lana de color aceitunado.

La planta de beleño tiene un tallo cilíndrico y velloso, sus hojas son oblongas y de tono oscuro y sus flores de un color amarillo pálido. La raíz es fusiforme y el fruto es una baya con semillas grisáceas de olor penetrante que muchos califican de "nauseabundo". El principio activo del beleño es la hiosciamina, que tiene gran analogía con los alcaloides de las solanáceas. Tras la administración del beleño aumentan el ritmo cardíaco y la temperatura corporal, las pupilas se dilatan y generalmente se observan somnolencia y resequedad bucal. La planta crece en muros, junto a viviendas humanas, en corrales, escombreras, estercoleros, al borde de los caminos y en zanjas.

Estramonio (Datura estramonium)
Una de las plantas más interesantes en el tema de la brujería es el Estramonio. Su fama es tan antigua como grande y este vegetal ha obrado muchos prodigios mágicos. El estramonio, conocido también como Manzana espinosa, higuera del infierno, higuera loca, berenjena del diablo, flor de trompeta o hierba de los brujos, es una planta a la que sus efectos fisiológicos le valieron toda esta serie de nombres. Los brujos de la Edad Media la empleaban con sus clientes cuando deseaban eliminar de estos el recuerdo de ciertos hechos, además eliminaba la hiperquinesia, hasta ese momento conocida como movimiento perpetuo. Cuenta la leyenda que los brujos hacían absorber filtros cuya base era el estramonio a personas de las que querían vengarse, también cuenta que se daba para alegrar a seres acongojados o tristes o para ofrecer a los amigos ilusiones consoladoras. Dichas propiedades fueron bien estudiadas así como también sus especies, que poseen propiedades tóxicas y medicamentosas, propiedades que varían en intensidad según el calor de los climas y las influencias de las tierras en que vegetan.

Estramonio

Características de la planta
El estramonio es una solanácea midriática (dilata la pupila produciendo trastornos en la visión) originaria de América. Se trata de una hierba anual pero muy robusta y ramificada que mide entre 30 cm. y 1 metro de altura y toda ella desprende un olor acre y desagradable. Sus tallos son ramificados y las hojas grandes, anchas, puntiagudas, lobuladas, dentadas y pecioladas de contorno más o menos ovado. El periodo de floración aproximado es de mayo a noviembre y sus flores, solitarias, nacen de la axila de las hojas y son grandes y de color blanquecino, con forma de embudo. En verano surte los frutos, grandes cápsulas ovoides erizadas de púas verdes y abrideras por arriba en cuatro rendijas. En su interior maduran las semillas con forma de riñón y de color marrón oscuro.

El estramonio surge ocasionalmente, con lo que no es fácil dar con esta planta y se distribuye por toda la Península ya que no es una planta muy exigente en cuanto al suelo. Crece en terrenos baldíos que tengan un mínimo de humedad; apareciendo preferentemente en bordes de caminos, cultivos más o menos abandonados y lugares nitrificados tales como escombreras y estercoleros.
La L-hioscimina es el principal alcaloide distribuido por toda la planta. También posee cantidades menores de escopolamina, atropina y daturina. Su principio activo es la daturina, un alcaloide extraído de dicha planta. El estramonio es una fuente de alcaloides de gran aplicación en la industria farmacéutica, sobre todo por su enérgica acción sobre el sistema nervioso

 

Flor del Estramonio

Mandrágora (M. autumnalis)
De todas las plantas esotéricas, la mandrágora es la que arroja más leyenda y superstición, comprensiblemente por lo antropomorfo de su raíz, en la que hallaron muchas figuras similares a las humanas. Llegó a creerse que la mandrágora se adueñaba de quienes llegaban hasta ella, bastando el simple contacto para morir. Recolectar la raíz exigía desenterrarla casi por entero y atarla a continuación a un perro que tirara de ella, lo que acarreaba la irremisible muerte del animal, de manera que la planta, de esta manera, se “conformaba” y perdía su peligrosidad.

Raiz de Mandrágora

La composición química de la mandrágora resulta muy compleja y contiene principios activos que son comunes a otras plantas de la familia de las solanáceas. Absorbidos éstos por la piel, sobre la que se aplicaba como una simple crema, suscitaban alucinaciones que poseían enorme realismo.

Características de la planta
También conocida como manzana de Satán, Uva de Moro, Berenjenilla, manzana del amor o planta de Circe, la mandrágora es desde antiguo una planta afrodisíaca y estimulante de la fertilidad. Este vegetal ejerció una notable influencia en Europa durante el medievo, los campesinos de aquellos tiempos le tenían horror porque creían que poseía ciertas características humanas y en los textos de magia se habla de ella con verdadero culto. Contribuyeron mucho a la celebridad de esta planta los charlatanes que vendían su raíz en altísimos precios, gracias a las cualidades que le atribuían y a las que el vulgo daba completo crédito.

La palabra mandrágora es de origen griego y quiere decir "dañino para el ganado". La mandrágora posee una gran raíz parda que se extiende hasta 1 metro por debajo del suelo. La raíz es gruesa y a menudo dividida en dos o tres ramificaciones de color blancuzco. Tiene un corto tallo rematado por hojas ovales, sus hojas son de un tono verde oscuro y sus flores son blancas, ligeramente teñidas de púrpura. Los frutos son bayas coloreadas de naranja, parecidos a una manzana pequeña y exhala un olor fétido. Es una planta acaule con una roseta de hojas enteras o dentadas del centro de la cual salen las flores, largamente penduladas.

El principio activo de la mandrágora es la atropina, aunque también contiene cantidades menores de escopolamina. Otros alcaloides que podemos encontrar en esta planta son la hiosciamina, la atropina y la mandragorina. La raíz es la única parte de la planta que tiene efectos prodigiosos y es sumamente venenosa si se administra en cierta cantidad, pero en pequeñas dosis se ha utilizado por sus reales virtudes calmantes e hipnóticas.
La mandrágora es bastante tóxica, pero su escasez y la dificultad que existe para cultivarla han hecho que los casos provocados por su envenenamiento sean muy raros. Crece en amplias zonas mediterráneas; en bosques sombríos, a la vereda de ríos y arroyos donde la luz del sol no penetra, en lugares rocosos y abandonados, generalmente inundados durante el otoño.

3. OTRAS SOLANÁCEAS PELIGROSAS

El género Solanum contiene unos 1400 miembros entre los cuales tenemos hierbas, arbustos o árboles. Algunos representantes constituyen alimentos muy importantes en el mundo como la patatera o la berenjena, otros son simples malas hierbas, muchas de ellas muy invasivas y otros constituyen ejemplares muy utilizados en jardinería. Todas ellas con renombrada toxicidad, fundamentada en el contenido de sus alcaloides, fundamentalmente la solanina.

Dulcamara (Solanum dulcamara)
Esta planta también es conocida con los nombres de Emborrachadora, Hierba pelada, Amaradulce, Matagallinas, Solano dulce, Morera trepadora o Parra real de Judea. La Dulcamara es una planta común en Europa y en Asia occidental y hoy en día también se ha introducido en América. Es una planta propia de lugares húmedos, sombríos y de zonas boscosas muy húmedas y cercanas al agua como los bosques de ribera.

  Solanum Dulcamara

Esta solanácea es una liana subleñosa, de unos 2 o 3 metros de altura, con raíz leñosa y un tallo flexionado que se extiende sobre los arbustos circundantes. A medida que envejece se va recubriendo de una corteza, perdiendo su aspecto piloso inicial y adquiriendo un tono verdoso más ceniciento. Las hojas son oscuras, alternas, pecioladas y agudas. Las inferiores son ovadas y cordadas, mientras que las superiores son más enteras por la base, con dos segmentos alados. Las pequeñas flores aparecen en julio, son de color violáceo y brotan agrupadas en racimos laxos e irregulares con largos pedúnculos. La corola es de color púrpura y tiene cinco segmentos agudos, con dos manchas redondas de color amarillo o verde en la base de cada segmento. El fruto es una pequeña baya oval de un verde que se torna escarlata en otoño, momento en el que madura y deviene pulposa, amarga y venenosa, con numerosas semillas blanquecinas. Dichos frutos primero tienen sabor amargo y después desagradablemente dulce (de ahí el nombre "dulce y amarga").
Sus principales componentes activos son los saponósidos, el ácido dulcamarético (glucósido) y los glucoalcaloides heteróxidos (solanina, dulcamarina).

Hierba Mora (Solanum nigrum)
La Hierba mora, también llamada Solano negro es conocida popularmente como tomatillos del diablo, ya que, cuando aún están verdes, sus frutos son similares a los del tomate (Solanum lycopersicum), pero en miniatura.
Aunque se trata de una planta altamente tóxica en crudo, en algunos países como Grecia se considera una planta comestible y sus hojas se consumen como alimento, ya que las hojas, después de una hora de cocción, pierden parcialmente sus propiedades tóxicas y son consumidas como verduras.

 

Hierba Mora(Solanum nigrum)

Se trata de una planta solanácea anual de hasta 60 cm de altura y ligeramente pilosa. El tallo es redondo, liso y ramificado. Las hojas son de color verde oscuro, ovaladas o trianguladas, dentadas y con pecíolo corto. Las inflorescencias se sitúan en las axilas de las hojas o en la terminación de los tallos y forman agrupaciones de flores blancas, con 5 pétalos en punta hacia abajo y doblados y 5 anteras de un color amarillo intenso. La floración es de principios del verano hasta principios del otoño. El fruto es una baya de color negro (amarillo-verdosa al principio) de hasta 1 cm. de diámetro.
Entre sus componentes activos, en sus tallos y hojas contiene saponósidos, esteroles, ácido cítrico, nitratos y alcaloides (solanina, solasonina, solanigrina, solamargina, asparagina). Ignoramos por qué, pero alguno de sus componentes atrae poderosamente a las hormigas.
La planta se encuentra en zonas templadas de todo el mundo, terrenos umbríos y húmedos, arcenes, campos sin cultivar, escombros y junto a los muros.

Flor de la Hierba Mora

Cómo usarla y qué efectos produce
Entre sus principales aplicaciones terapéuticas, destacar que ejerce un efecto analgésico, aplicada por vía externa (por ejemplo, en cataplasmas), antiespasmódico y sedante (Dolores de estómago, hígado, vesícula etc. ). Externamente, el líquido resultante de la decocción de un puñado de hojas durante 10 minutos se puede utilizar para el tratamiento de las enfermedades de la piel, principalmente en lo que se refiere al eccema , la psoriasis, las úlceras, grietas en la piel seca; aplicando el líquido resultante sobre la zona afectada.

Los principales síntomas de una intoxicación por esta planta son una temperatura corporal más baja de lo normal, parálisis, shock, fiebre y sudoración. Problemas respiratorios tales como respiración lenta; ojos, pupilas dilatadas, problemas gastrointestinales: dolor estomacal, vómitos, diarrea; problemas cardiovasculares: pulso lento o rápido, alteraciones del sistema nervioso, dolor de cabeza, delirio, pérdida de la sensibilidad y alucinaciones.

4. FLORES QUE MATAN, ACÓNITO Y CICUTA

Entre las plantas con flor propias del país, es sin duda el acónito (Aconitum napellus) la que mayor peligro supone para el hombre. Esta planta, perteneciente a la familia de las ranunculáceas, es una planta muy venenosa y a esta familia pertenecen también especies tan conocidas en jardinería como los ranúnculos o las aguileñas. Hasta siete especies de acónitos se crían en España. Sus flores ofrecen un atractivo azul morado o amarillo que les hace sumamente llamativas. A tanto llega la singularidad del acónito, que las gentes de ciudad suelen recolectarla en sus paseos, como si de cualquier "inocente" florecilla de montaña se tratase, ajenos a la alta toxicidad que encierra. Son plantas éstas de las que más vale disfrutar de su estética presencia, limitándose a su distanciada observación. Así lo saben y hacen los más variados animales herbívoros, desde vacas hasta los saltamontes, que prefieren evitarlas, desechando de sus dietas a la llamativa y peligrosa especie vegetal.

        

Aconito(cicuta)(Aconitum napellus)

Afortunadamente no resulta difícil identificar a los acónitos. Son plantas herbáceas, de buen porte, que pueden alcanzar un metro de altura. Viven varios años, secándose en el otoño y brotando en la primavera. El tallo, ergido y verde, se rodea de grandes hojas, palmeadas y divididas. Las flores recuerdan a cascos guerreros colgados de un vástago. Cuando dan paso a los frutos, éstos se componen de tres vainas unidas y abiertas lateralmente en su madurez.

Prados, ríos y arroyos de montaña desvelan en verano la floración de los acónitos. Un viejo refrán recomienda: “Tú, que coges el berro, guárdalo del anapelo (acónito)”.

La sustancia más notable contenida en esta planta es la aconitina, localizada en tubérculos, raíces, tallos y hojas. La aconitina es el más activo tóxico de todos los alcaloides y en relación con su dosis letal, el más activo, bastando 3 ó 4 miligramos para conformar una dosis mortal. Actúa sobre el sistema nervioso central, el ritmo cardíaco, aparato respiratorio y digestivo.
En el siglo XVIII, el botánico Quer comentaba en su obra “Flora Española” un suceso acaecido en el Pirineo: “Estando tres pastores durante la estación de verano, en una cumbre de aquellos montes, ejerciendo su pastoril tarea, se aplicaron en parar trampillas para coger pájaros, como acostumbraban, y habiendo cogido algunos, dispusieron en comerlos asados, sirviéndose en su ignorancia de unas ramitas de acónito por asadores. Asados así dichos pájaros, fueron comidos por aquellos infelices, pero mal digeridos por el veneno comunicado al asador; pues les ocasionó con brevedad la muerte, sin servir el auxilio de remedio alguno”.

Cicuta (Conium maculatum)

La cicuta (Conium maculatum) es una planta perteneciente a la familia de las umbelíferas y aparece frecuentemente en setos, caminos, muros, caseríos y corrales. El principio tóxico contenido por la planta es la coniceína o coniína, localizada en sus frutos inmaduros, hojas y raíces. El efecto es mortal, actuando sobre la visión, el aparato digestivo y centro nervioso respiratorio. Dado el parecido que tiene la raíz de esta planta con los nabos, se han producido muchos accidentes. Los casos más graves han mostrado la virulencia del veneno por parte de las víctimas que mostraban las lenguas cortadas o los dientes rotos. Un solo bocado de la misma puede resultar mortal para un adulto.

5. OTRAS PLANTAS PELIGROSAS: ADELFA, DIGITAL, CÓLQUICO Y HELÉBORO

Ramblas y riberas se cubren en verano del rosado florecer de las adelfas, aunque también estas flores quedan bien representadas en no pocos parques y jardines. Se trata de inconfundibles arbustos de hoja lanceolada y dura que albergan sustancias digitálicas que afectan al aparato digestivo y al corazón.

También conocida como dedalera (flores que recuerdan dedales) la digital purpúrea se cobija en variados hábitats: bosques, prados o roquedos siempre que la naturaleza del sustrato sea silícea; en los Pirineos se acerca hasta los dos mil metros de altitud. El género digitalis, dentro de la familia de las escrofulariáceas, es muy abundante en todo el mundo, de flores muy atractivas y grandes, a veces utilizadas en jardinería lo que puede ocasionar algún que otro accidente.

Digitalis purpurea

En la digital existen al menos dos glucósidos que, por descomposición, dan otras dos sustancias: digitoxina y gitoxina. En las semillas aparece otro glucósido (la digitalina) presente en las hojas en menos cantidad. La acción de la planta sobre el ritmo cardíaco ha sido conocida y aplicada desde antiguo. Durante el siglo XIX su empleo suscitaba adeptos y detractores entre los facultativos. Sea como fuere, la toxicidad de la digital la hace peligrosa por su poder. La mayor cantidad de principios activos contenidos en las hojas de la digital, se constatan al atardecer, careciendo prácticamente de ellos durante el alba. Provoca naúseas, vómitos, trastornos de la visión y del ritmo cardíaco.

Aparentemente el cólquico resulta ser un azafrán silvestre, sin embargo, su mismo nombre (derivado de Cólquida, patria de la envenenadora Medea) nos pone sobre aviso de la poca confianza que nos debe merecer esta planta de flores otoñales rosadas que se yerguen directamente del suelo. El bulbo y las semillas almacenan colquicina, dilatador de los capilares sanguíneos a los que puede dañar peligrosamente. Según la dosis llega a provocar parálisis en el sistema nervioso central. Sobrepasando los límites tolerables causa la muerte paralizando el sistema respiratorio.

 

               Colquico

Aunque poco se conoce de la composición química del heléboro fétido, su simple olor basta para desistir su posible degustación. Y no sólo esto, basta manipular la planta para experimentar cómo las manos pierden sensibilidad y acaban adormeciéndose. El uso externo enrojece la piel y levanta ampollas. Purgante drástico y tóxico cardíaco, su digestión provoca dolores de estómago, vómitos, ansiedad, debilidad del pulso e incluso la muerte.

Los pastos de montaña en la cadena pirenaica cuentan entre sus numerosos elementos vegetales con la presencia del vedegambre o heléboro blanco, planta vivaz de la familia de las liliáceas confundible, en ausencia de flores, con la genciana amarilla. Hay que tener cuidado con las hojas, ya que tienen un sabor relativamente agradable, parecido a la escarola, pero al igual que el resto de la planta son muy venenosas y su consumo origina una fuerte intoxicación. El rizoma, de composición extremadamente compleja, registra más de dieciocho alcaloides. La alta toxicidad del vedegambre se debe a los alcaloides protoveratina y germerina. En la piel causan desagradable calor y acción anestésica. Intervienen sobre el aparato digestivo y centros reguladores del cerebro, originando convulsiones y asfixia.

 

Vadegambre

6. LOS LLAMATIVOS FRUTOS PROHIBIDOS

Amarga réplica de las dulces frutillas con que nos regalan algunos vegetales, los "frutos prohibidos" son causa, en no pocas ocasiones, de desagradables aconteceres. Generalmente el llamativo aspecto de no pocos de ellos, induce erróneamente a considerarlos aptos para su cotidiano consumo.

Los frutos negros de la hiedra están provistos de hederían. Vomitivos y purgantes, son tóxicos para el hombre y ciertos animales. Tanto los frutos como las hojas provocan náuseas, diarreas y congestión de las meninges.

 

Acebo (Ilex Aquifolium)

Rojos y brillantes, los pequeños frutos del acebo, aún digeridos por algunas especies de aves, no son muy recomendables, pues ocasiones ha habido en que causaron al parecer la muerte de algún niño. Al igual que los frutos de la hiedra, purgan y hacen vomitar.

De la extensa cadena pirenaica hasta las húmedas montañas de la cordillera cantábrica, maduran por julio los frutos del mezéreon o lauréola hembra. Por lo general en bosques de hayas y abetos. En el resto del país, la lauréola macho fructifica en las montañas. La primera da frutos rojos y la segunda de coloración negra. Ambos poseen propiedades similares. Levantan escozores en boca y garganta, dolor en el estómago y vientre, irritación de las vías urinarias, diarrea, vómitos, inflamación de los riñones, dificultades respiratorias y muerte por colapso.

La embudada flor del aro blanquea la primavera de sotos y setos en la mayor parte de la Península Ibérica e islas Baleares. Con el inicio del verano desaparece la flor y queda el vástago desnudo, cubierta la cima por un cúmulo de bolitas rojas. Descompuesta la sustancia existente en hojas y rizomas se obtiene cianhídrico. Otro principio venenoso se localiza en los frutos, cuya ingestión provoca inevitables vómitos, diarrea e irritación del tubo digestivo.

 

Rama de Acebo

De dos a tres metros alcanza el evónimo o bonetero, un arbusto norteño de las montañas, en donde se le localiza entre encinas o robles, aunque también está presente en riberas y setos. Los frutos, divididos en cuatro gajos, se vuelven rojos a partir del mes de septiembre, cólicos, diarreas, desfallecimiento y convulsiones preceden a la muerte por intoxicación.

. SABÍAS QUE…?

El padre de Hamlet murió envenenado con beleño negro. Parecelso explica que el humo de sus semillas, cogidas y quemadas a la hora de Saturno, provoca riñas y discusiones violentas. Brujos malvados aprovechan las propiedades maléficas del beleño negro para producir la locura y a veces la muerte, obrando a distancia y con toda impunidad. Esta planta forma parte de la pomada con que se untaban las brujas para asistir al aquelarre, receta infernal que vale más que permanezca ignorada y desde antiguo ha sido usado también como remedio para aliviar los dolores de muelas.

 

Mata de Aconito

En la antigua Grecia el beleño servía para aparentar la locura y para permitirle al hombre profetizar. Las sacerdotisas de Delfos hacían sus profecías intoxicadas con el humo de las semillas del beleño. En el siglo XIII, el obispo Alberto el Grande informó que el beleño era usado por los nigromantes para conjurar a los demonios. Su empleo más conocido era como ingrediente principal en las preparaciones de los brujos medievales, a quienes les permitía experimentar alucinaciones y otros efectos intoxicantes. Cuando los jóvenes iban a ingresar a uno de estos grupos dedicados a la brujería, frecuentemente tomaban una bebida preparada con beleño, de tal forma que era fácil persuadirlos y comprometerlos en los rituales sabáticos preparatorios para su aceptación oficial en los círculos de la brujería

Los galos heredaron a los celtas el conocimiento del beleño y la belladona. La belinuncia que usaban los sacerdotes druidas era una variedad del beleño. Otras variedades similares como el eléboro negro eran usadas para bendecir el ganado y resguardarlo de conjuros diabólicos. En un viejo romance francés se cuenta la historia de un hechicero que se hacía invisible y podía atravesar los campos enemigos mientras iba esparciendo a su paso polvos de esta planta. Tiempo después, médicos alemanes y franceses recomendarían diversos preparados de beleño para preservar a sus pacientes de la escarlatina en épocas de epidemia.
Arias Carbajal, un herbolario mexicano cuenta que: “diferentes veces viajeros y obreros que regresaban de sus casas fatigados del trabajo, han sufrido la influencia mortal del beleño, echándose imprudentemente a descansar en lugares ocupados por esta planta, puesto que respirando cerca de ella largo tiempo, produce estupor, sueño letárgico, delirio, dificultad respiratoria y parálisis de los miembros inferiores. Así como la belladona provoca furia y violencia, no raramente acompañadas de carcajadas delirantes, el beleño es más tranquilo y el intoxicado busca la calma e, incluso, trata de dormir.

 

Digitalis Purpurea

Las ménades de las orgías dionisiacas en la mitología griega, se arrojaban con los ojos dilatados a los brazos de los hombres que adoraban a este dios. El vino de las bacanales frecuentemente era adulterado con jugo de belladona. Otra creencia de la época clásica sostenía que los sacerdotes romanos bebían belladona antes de hacer las súplicas de victoria a la diosa de la guerra. De acuerdo con algunas tradiciones orales que se conservan en tierras europeas, el espíritu que habita dentro de la planta de belladona sólo sale una noche al año: la noche de Walpurias, cuando se prepara para celebrar el Sabbath con las brujas. En tierras célticas hay una superstición que vincula a la belladona con una hechicera encantadora a la que es peligroso mirar, aunque una versión más generalizada sugiere que cierta secta de sacerdotes tomaba una infusión de belladona para honrar e invocar la ayuda de Bellona, diosa de la guerra.

Fue durante la Edad Media cuando en Europa la belladona asumió el papel más importante en la brujería y en la magia. Era uno de los principales ingredientes de las pócimas y ungüentos empleados por brujos y magos. Había una mezcla muy potente que contenía belladona, beleño, mandrágora y grasa de recién nacido, que se frotaba sobre la piel o se insertaba en la vagina para ser absorbida. La famosa escoba de las brujas, es una de las creencias mágicas europeas más viejas. En una investigación por sospecha de brujería llevada a cabo en 1324 se informó que "al revisar el desván de la dama, se encontró un tubo de ungüento, con el cual se engrasaba un bastón, sobre éste podía deambular y galopar a través de todos los obstáculos donde y como ella quisiera". En su Historia general de las drogas, Antonio Escohotado cuenta que más tarde, en el siglo XV, un documento semejante explicaba: “El vulgo cree y las brujas confiesan, que en ciertos días y noches untan un palo y lo montan para llegar a un lugar determinado, o bien se untan ellas mismas bajo los brazos, y en otros lugares donde crece vello, y a veces llevan amuletos entre el cabello”.
Se supone que la belladona fue empleada para envenenar a las tropas de Marco Antonio durante la guerra de Esparta, según la descripción que Plutarco hizo sobre los extraños efectos que siguen a su uso. Con la misma planta fue envenenado Claudio, el emperador romano.

 

        Aconito (cicuta)

Según cita Sedir en Plantas Mágicas, Buchanans en su Historia de Escocia, publicada en 1582, relata que cuando Duncan I era rey de Escocia, los soldados de Macbeth invadieron a los Daneses envenenando a todo su ejército con un licor mezclado con belladona que les dieron a beber durante una tregua. Y según Brau, una enfermera llamada María Jeaunueret, fue condenada en Suiza a veinte años de trabajos forzados por haber envenenado con belladona a nueve personas, de las cuales murieron seis .

 

               Flor de la Belladona

Se supone que Julieta empleó un elixir preparado con mandrágora para fingir su muerte, mientras que Romeo se envenenó con acónito. En vista de que su raíz suele bifurcase, eso ha hecho que a la mandrágora se le compare con un cuerpo humano.
Supuestamente, el destino del poseedor de una mandrágora se vería dichosamente influido por ella, pero su extracción se consideraba altamente peligrosa. Según cuenta Arias Carbajal, se creía que cuando la arrancaban del suelo, el hombrecillo encerrado en ella despedía ayes lastimeros y agudos gemidos. "Era menester cogerla bajo una horca, observando ritos particulares y solamente en determinadas condiciones disfrutaba de todas sus propiedades." Según Paul Sedir, Teofrasto aconsejaba trazar tres círculos con una espada en torno a la planta y arrancarla mirando al Oriente. Se supone que los gemidos que emitía la planta eran capaces de matar a quien los escuchara, por lo que en la Edad Media ataban a un perro hambriento al cuello de la raíz, ponían fuera de su alcance un pedazo de carne y se alejaban a todo correr. Cuando el can, tirando de la cuerda, arrancaba la mandrágora, él era quien oía el grito que daba la muerte.

En su Herbarium, Apuleius prescribe "para la idiotez, que es enfermedad del diablo o posesión demoníaca, tomar del cuerpo de la planta llamada mandrágora el peso de tres peniques, administrarla para beber en agua caliente… el enfermo pronto se curará." Las creencias más arraigadas durante esta época consideran también que la mandrágora elimina la esterilidad; de hecho hay referencias bíblicas en este sentido (Génesis XXX.14).
Según comenta el Dr. Krumm-Heller, experto esoterista, la mayor parte de los procesos de Inquisición tuvieron como cuerpo del delito manipulaciones con mandrágora y cuenta que para la iglesia católica medieval, "el Arzobispo Eberhaard murió en el año 1066 debido a un maleficio hecho con esta hierba y sobre su tumba hay una lápida que hasta hoy mismo es admirada por los turistas donde se relata este hecho". Este autor dice que los magos-médicos se ocupan de esta planta "para extraerle la parte de Dios que cura enfermedades", mientras que los brujos la usan "para hacer el mal". 

 

Flor de Aconito

Se dice que un poco de dulcámara bajo la almohada ayuda a olvidar a un antiguo amor y que atada al cuello cura el vértigo. Se utiliza, al igual que la ruda, en hechizos para conservar y mejorar la salud.
En la familia de las solanáceas hay plantas muy tóxicas pero también otras que constituyen la base de la alimentación de muchos pueblos, como la patata (Solanum tuberosum), el tomate (Solanum lycopersicum) y la berenjena (Solanum melongena).

 

Mata de Aconito
El estramonio es una planta muy venenosa ya que posee diversos alcaloides tales como la L-hiosciamina, atropina y escopolamina cuyo uso interno puede provocar en casos extremos la muerte del afectado. Sin embargo hasta hace poco se usaron fórmulas para la elaboración de cigarrillos sedantes para el asma que contenían estramonio en su composición. Incluso en el año 1992 las autoridades francesas tuvieron que retirar del mercado tales cigarrillos por el abuso que ciertas personas hicieron de estos y los consecuentes casos de intoxicación que se produjeron.

 Continua más abajo……………… 

La Flora en el Pirineo 2

LA FLORA EN EL PIRINEO

Con más de cuatrocientos kilómetros de extensión y doscientos picos de altitud superior a los tres mil metros, los Pirineos son una de las grandes cordilleras alpinas de Europa. La flora, ya de por sí rica en la Península Ibérica, atesora en los PirineoCon más de cuatrocientos kilómetros de extensión y doscientos picos de altitud superior a los tres mil metros, los Pirineos son una de las grandes cordilleras alpinas de Europa. La flora, ya de por sí rica en la Península Ibérica, atesora en los Pirineos muchas de las plantas más interesantes .

 
Simplificando mucho, podemos afirmar que el Pirineo es la frontera entre dos mundos biogeográficos muy diferentes: el mediterráneo, al sur y al este de la cordillera, y el atlántico, al oeste y al norte. A grandes rasgos, el primero se caracteriza por la luminosidad y la sequedad del aire; y el segundo, por lo contrario, es decir, por la nubosidad, las nieblas y la humedad ambiental. Estas características climáticas junto con los diferentes tipos de sustratos donde enraízan las plantas permiten una gran biodiversidad vegetal. 
 
Aguileña ( Aquilegia vulgaris )
  
INTRODUCCIÓN 
 
La vegetación actual del Pirineo cuenta con una gran riqueza de especies, lo que le confiere un altísimo interés científico. Los numerosos microclimas relacionados con la altitud, la orientación y la temperatura, determinan la configuración de las comunidades vegetales que pueblan el pirineo. También, la abrupta geografía pirenaica propicia la existencia de una gran diversidad de condiciones ambientales en los distintos puntos de la cordillera, condicionados por las modificaciones que el relieve impone a la dinámica del aire.

Dentro de las características climáticas mas relevantes de estas montañas, hay que destacar dos marcadas influencias que condicionan la humedad y la temperatura de determinadas zonas. En la parte mas occidental, con influencia oceánica, se producen mas precipitaciones y sus oscilaciones térmicas no son tan acusadas, mientras que los sectores central y oriental del pirineo tienen un clima continental, con menor grado de humedad y grandes cambios de temperatura. 
 

 Geranios silvestres ( Geranium sanguineum )
 
Generalmente a mayor altura las condiciones atmosféricas son más duras, ya que aumentan las precipitaciones y la temperatura desciende. Aunque esto no es una regla fija, ya que otros factores provocan localmente grandes contrastes de humedad y temperatura, como son las inversiones térmicas y las nieblas de fondo de valle. Las variaciones ambientales y orográficas de los Pirineos condicionan la existencia de los diferentes pisos bioclimáticos, donde conviven determinadas comunidades vegetales.
 
Arce en otoño
  
PISO NIVAL 
 
Rozando el cielo, por encima de los 2.800 metros de altitud, nos encontramos con el denominado piso nival, que abarca hasta la cota máxima de los 3.304 metros del Aneto, donde sólo unas pocas plantas localizadas en ambientes favorables consiguen sobrevivir.
Es el dominio de los glaciares más meridionales de Europa como el de la Madaleta, Posets ó Monteperdido. Aunque parece imposible la vida más allá de los líquenes y las algas, en este inhóspito decorado de ibones, canchales y parches de hielo, algunas plantas son capaces de vencer y soportar el riguroso clima de la alta montaña. De todas ellas, unas pocas las encontramos en los tresmiles y sus zonas periféricas; como el musgo florido (Silene acaulis), que en realidad no es un musgo, el tomillo de montaña (Thymus nervous) o el ranúnculo de los glaciares (Ranunculus glaciales), que viste de blanco las austeras pedrizas. Desafiando los vientos heladores, a pocos metros del Aneto, la saxifraga pubescens, subespecie Iratiana pende sus bellas inflorescencias en una pared inaccesible de la vertiente norte. 
 
 
Tomillo ( Thymus vulgaris ) 
 
Cabe preguntarse si el cambio climático acabará con estas reliquias de las alturas. Los glaciares pirenaicos son un termómetro visible de este fenómeno, ya que cada año disminuyen en grosor y longitud, pero en el mundo vegetal estos cambios no son tan evidentes, no se pueden advertir como en los hielos sino que hacen falta siglos quizás para corroborarlo. Los expertos ya se han puesto manos a la obra y están estudiando la respuesta de la flora de alta montaña al cambio climático en España y otros puntos del planeta; y después de que algunos botánicos estudiaran las plantas de las cumbres se ha comprobado que algunas han desaparecido o que han subido de cota pero lo que está claro es que cuando lleguen a la cima no podrán subir más arriba.
 
 
Ranúnculo de Pirineos ( Ranúnculus Pyrenaeus )
  
PISO ALPINO

A partir de los 2.400 metros encontramos en los Pirineos españoles el denominado piso alpino. En estas alturas se dan unas condiciones climáticas extremadamente duras que impiden el desarrollo de los árboles. Las pequeñas plantas adaptadas a este medio han de soportar un recubrimiento de nieve durante un largo periodo del año, grandes oscilaciones térmicas, vientos muy fuertes y una intensa radiación solar. No obstante la nieve también actúa en ocasiones como protectora de las plantas, evitando que se hielen incluso cuando la temperatura exterior desciende muchos grados por debajo de cero, y en la primavera algunas incluso empiezan a crecer antes de que la nieve se funda, perforándola para alcanzar la superficie.

sauce reticulado (S. reticulata) y el de los Pirineos (S. Pirenaica) en suelo calcáreo.
Las masas de vegetación más importantes aquí son las praderas alpinas, formadas por diferentes plantas herbáceas. Allí viven también los sauces enanos: el sauce herbáceo (Salix herbacea) en suelo silícico y el Todos ellos beben las aguas frías de la fusión de los neveros y apenas alzan un palmo del suelo. Estos sauces se asocian con Dryas octopetala, Omalotheca supina, Sibbaldia procumbens ó Mucizonia sedoides, delicadas plantas caracterizadas todas ellas por sus bellísimas aunque diminutas flores. Éstas han desarrollado la capacidad de activar su crecimiento bajo el manto nival para aprovechar los escasos 2 ó 3 meses que se liberan del hielo.
 

 

 
 
Drias ( Dryas Otopetalis )
 
Pero no son éstas las únicas que florecen allí, donde la nieve comienza a fundirse abren sus campanillas las soldanelas (Soldanella alpina) y las pulsátilas de primavera (Pulsatilla veranalis). También lo hace el edelweiss, flor de nieve ó pie de león (Leontopodium alpinum) que como el pie de gato (Antennaria dioica) ó las pulsátidas están recubiertas de una borra pilosa que las protege de las heladas y de las radiaciones ultravioletas. En estos dominios de las nieves también florecen diversas especies de gencianas, los lirios, el gamón, narcisos y diversas especies de orquídeas, todas ellas afanadas por desarrollarse a toda prisa en el corto espacio de tiempo que están libres de nieve.
 
 
Edelweis ó flor de nieve ( leontopodium alpinum )
 
En estas zonas el fenómeno hielo-deshielo es muy habitual ya que la temperatura puede variar hasta 20 ºC del día a la noche. Esto provoca una peligrosa movilidad del suelo para las plantas, que la contrarrestan desarrollando unas largas raíces para no desarraigarse. Otra forma de sobrevivir es generar esquejes para reproducirse asexualmente ya que a veces no pueden obtener la polinización de los insectos por el excesivo frío. Es frecuente también entre las plantas alpinas la reproducción vegetativa por estolones y bulbos. También suelen vivir muchos años y no se lo juegan en una floración para aumentar así las posibilidades de producir semillas susceptibles de germinar y perpetuar la especie. Otras desarrollan un color muy llamativo en las flores para atraer la atención de los pocos insectos polinizadores que visitan estas altitudes. Éste es el caso del morado de la Linaria alpina y la Saxifraga oppositifolia, o el color rosado de la Silene acaulis. Cuando escasean los insectos y la citada Saxifraga no es polinizada, es capaz de fecundarse a sí misma. Pero el esfuerzo evolutivo más asombroso lo ha desarrollado la gramínea Poa alpina, que puede generar en su espiga diminutas plantas idénticas a la madre (clones) listas para enraizar directamente en el suelo.
 
 
Orquidea de dama ( Orchis purpurea )
 
Además de los condicionantes ambientales, hay otros factores que han contribuido en la distribución espacial de las comunidades supraforestales como son la actuación de los herbívoros salvajes y los domésticos junto con el hombre. Siglos de presión ganadera ocasionaron una ampliación importante de los pastos alpinos, es por ello que los puertos actuales descienden hasta cotas muy bajas penetrando en niveles que por naturaleza pertenecerían a los bosques. Al mismo tiempo se favoreció la expansión de plantas adaptadas al diente y al fuego, desplazando a otras que han quedado relegadas a lugares poco visitados o inaccesibles.
Durante el verano se produce una estratificación vertical de los rumiantes sobre las vertientes según su adaptación a los tipos de pasto y ordenados por su tamaño corporal, de manera que las vacas y caballos pacen en las laderas más bajas, mas arriba las ovejas y los sarrios en las cumbres y roquedos.

En muchas ocasiones los animales transportan entre su pelaje las semillas de algunas plantas contribuyendo a su dispersión, también es importante el aporte de nutrientes que sus excrementos producen sobre las zonas mas frecuentadas, que favorecen el desarrollo de determinadas comunidades vegetales, algunas muy bellas, como el narciso bicolor que abunda en los reposaderos de ganado del pirineo occidental.

 
 
Bosque de alta montaña
 
PISO SUBALPINO
Entre los 1.800 y los 2.400 metros el clima se hace más duro. Más de la mitad de las precipitaciones son de nieve, aumenta la insolación y las ventiscas; es el denominado piso subalpino.

Sin embargo el pino negro (Pinus uncinata) y los abetos ascienden ladera arriba resistiendo las duras batidas meteorológicas. El pino negro crece muy despacio y puede llegar a vivir hasta 600 años, es muy resistente, teniendo que soportar las tempestades de nieve, un periodo vegetativo muy corto y una elevada insolación. No es raro ver algunos ejemplares retorcidos y maltrechos en fisuras de rocas y canchales, que a pesar de su reducido porte pueden tener más de 100 años.

 
 
Abetar
Bajo su sombreado follaje crecen las clavellinas (Dianthus deltoides) y demás claveles silvestres como Dianthus superbus, mientras que en los claros del pinar florecen los rododendos a partir de la segunda quincena de junio; el rododendro ferruginoso es próspero en suelo ácido sombreado y rocoso y constituye poblaciones muy densas que pueden formar landas totalmente floridas de color rosa. También encontramos en este piso arándanos, árnica, diversos helechos y alguna orquídea. En las zonas mas soleadas aparecen enebros y en los lugares mas secos crece la gayuba, que se adapta tanto a las rocas calcáreas como a los escarpados silícicos, soportando la desaparición precoz de la nieve, los saltos de temperatura considerables entre el día y la noche y las prolongadas sequías en verano.
 
 
Rododendro ( Rododendron ferrugineum )
 
Cerca de la cota de los 2.000 metros se abren las praderas pseudoalpinas que cuando el estío, allá por julio, se despejan de nieve y se enriquecen con el guiso floral de especies de origen alpino, subalpino y montano. Aquí sube el ganado vacuno a pastar en verano dejando su tributo en estiércol. En estos solitarios parajes florecen las gencianas amarillas (Gentiana lutea y G. Burseri) y otra de color azulado (G. Cruciata).
Tampoco faltan el geranio de bosque (Geranium sylvaticum), la valeriana pirenaica(Valeriana pyrenaica), grandes amapolas amarillas (Meconopsis cambrica) o el lirio pirenaico (Iris xiphioides) entre muchas otras.
 
Genciana y Globularias
 
PISO MONTANO

El piso montano abarca desde los 800 a los 1.800 metros aproximadamente. Es un espacio fresco y húmedo donde pastan los rebaños en los claros abiertos en el bosque. Este es el dominio forestal de hayedos y abetales en las vertientes norte, mientras que en las solanas, crecen los pinos silvestres. Es el piso que tiene más biodiversidad y unas condiciones climáticas menos extremas, pues más abajo hay más sequía y arriba más frío. Aquí es donde vive el hombre, con lo cual tiene mayores contrastes: el paisaje es en mosaico de prados, matorrales, setos, pastos y bosque.

El piso montano húmedo está ocupado por hayedos y abetales, que se sitúan entre los 1.000 y 1.800 metros. Normalmente los abetos pueblan las zonas mas altas de este piso, situándose las hayas en un nivel inferior, aunque algunas veces se mezclan formando bosques mixtos.

El abeto (Avies alba) es una conífera gigantesca que puede llegar hasta los 50 metros de altura y la base de su tronco superar los 3 metros de diámetro. Desgraciadamente ya no quedan en el pirineo bosques con árboles de estas descomunales proporciones, y los abetales talados tardarían si se les dejara no menos de dos siglos en alcanzar el tamaño antes mencionado. Al abeto le gustan los terrenos húmedos y bien iluminados y es indiferente a la naturaleza del suelo; el abeto proporciona un espacio de penumbra y silencio bajo el que crecen diversos tipos de hongos y setas, la valeriana del Pirineo, orquídeas, fresas, violetas, etc.

 
 
Lirio pirenaico (Iris Latifolia ) 
 
El haya silvestre (Fagus silvatica) es un robusto caducifolio de hasta 30 metros que necesita gran humedad ambiental. Vive allí donde las lluvias son más abundantes debido a la influencia oceánica; también existen hayedos de menor entidad en las umbrías de otras zonas pirenaicas donde son frecuentes las nieblas. Indiferente a la naturaleza del suelo, el haya teme las heladas tardías que destruyen sus tiernas hojas jóvenes y su floración. Las ramas y hojas del haya están dispuestas en planos horizontales, provocando una densa sombra bajo la que crecen helechos y musgos, entre otras plantas aclimatadas a restricciones lumínicas.
 
 
Senda a traves del Hayedo
 
Los claros del hayedo-abetal se llenan de grandes hierbas como la belladona, chordoneras, saúcos, etc. En las zonas mas sombrías de estos bosques, entre musgos y delicados helechos, hallaremos una de las joyas botánicas del Pirineo, endémica de estas montañas: la oreja de oso (Ramonda myconi); florece a partir de la primera mitad de junio y es considerada un fósil viviente de la vegetación tropical que durante el Terciario ocupó los Pirineos, hace más de 20 millones de años. 
 
 
Oreja de oso ( Ramonda myconi )
En estas selvas se asientan los bosques mixtos, con gran variedad de especies, entre las que podemos encontrar serbales, robles, tejos, abedules, tilos, olmos, fresnos, avellanos, arces y álamos temblones.

El tejo (Taxus bacata) es un árbol de hoja perenne, no muy frecuente, que crece disperso entre bosques de otras especies. Las semillas tienen una envoltura carnosa de color rojo que atrae a los pájaros, estos frutos son comestibles pero el resto del árbol es altamente tóxico pudiendo ser mortal para el hombre y algunos animales.

 
 
Avellana fruto del avellano
El serbal de cazadores es otro habitante típico de los bosques mixtos de zonas húmedas, es un árbol de hoja caduca cuyos frutos forman unos vistosos racimos que se vuelven rojos al madurar en septiembre y perduran en el árbol hasta el invierno, son comestibles y muy apreciados por algunas aves por lo que eran utilizados  como cebo por los cazadores.
 
Serval de los cazadores
 
A la misma altitud que el abeto, pero por la vertiente opuesta, soleado, abrigado de los vientos húmedos y de las nieves persistentes, nace el pino silvestre. Sus hojas glaucas, llevadas por un fuste escamoso y rutilante hacia la parte superior, deja filtrar hasta el suelo una luz suave que favorece una flora semejante a la de las landas y prados cercanos. El pino silvestre (Pinus silvestris) es el árbol típico del piso montano seco. Es una preciosa conífera que alcanza los 30 metros de altura, siendo el que más madera produce del Pirineo oscense. Resiste condiciones ambientales muy duras y coloniza todo tipo de suelos, desde los rocosos y pedregosos con muy poca humedad hasta los suelos profundos, donde convive con el abeto, llegando en ocasiones a subir hasta los dominios del pino negro. La explotación generalizada de todos los bosques del piso montano ha favorecido la dispersión del pino silvestre, que espontáneamente ocupa los claros de quejigal, los del hayedo y los del abetal.
 
 
Pinar
En zonas apropiadas bajo el pinar se desarrollan diversos arbustos como el boj, el acebo y una capa de musgos, a veces muy gruesa, que cuando se empapa de lluvia guarda la humedad durante largo tiempo. En estos bosques también podemos encontrar arándanos, fresas, frambuesas, flores como las hepáticas y llamativos lirios como el martagón y el lirio del pirineo.
 
 
Frutos del Boj
 
Entre la larga lista de especies que adornan el campo con sus inflorescencias caben destacar por su belleza los narcisos de los poetas (Narcissus poeticus) y los Pseudonarcissus, que embriagan el aire de un agradable aroma y ponen una pincelada de blanco sobre el verde del prado. El amarillo lo ponen los dientes de león (Taraxacum officinale), las primaveras ó prímulas(Primula veris y P. elatior) y los ranúnculos; otras flores muy significativas son las anemones (Anemone nemorosa). Entrado junio podemos disfrutar de las azucenas silvestres (Paradisea liliastrum) en lugares expuestos al sol, mientras que las lavandas pirenaicas(Lavándula angustifolia sp. Pyrenaica) tendrán que esperar hasta julio en los sitios calizos y pedregosos algo secos. Dentro de las orquídeas, destaca por su rareza y escasez los zuecos (Cypripedium calceolus). Se trata de una de las especies más recolectadas por su vistosa bolsa central de color amarillo, un irresistible reclamo para los polinizadores que resbalan hacia el interior fecundando irremediablemente la flor a su salida.
 
 
Boj en primavera
 
PISO BASAL
 
El piso basal del pirineo al ocupar la zona baja de las montañas y los fondos de los valles, fue destruido en gran parte para destinarlo al aprovechamiento agrícola y ganadero. Durante siglos los quejigales suministraron leñas a los montañeses y en su tierra se asentaron muchos pueblos, pero una explotación excesiva y los consiguientes procesos de erosión arruinaron el bosque autóctono del Prepirineo. Posteriormente se abandonaron muchos de estos pueblos y sus campos y bancales se repoblaron de pinos, principalmente pino laricio (Pinus nigra), pero en muchos lugares el suelo perdió buena parte de su fertilidad, por lo que estos pinares están muy poco desarrollados, predominando los matorrales de boj y las aliagas.
 
 
Aliaga ( Genisca scorpius)
 
El quejigo (Quercus faginea) es un árbol noble de lento crecimiento, que después de mantener su vestimenta seca durante el invierno reverdece a partir de mayo. Ocupa una banda que se extiende por todo el Prepirineo, preferentemente en alturas comprendidas entre los 600 y 900 metros donde el clima predominante es el submediterraneo, caracterizado por una sequía estival mas corta que en el llano, frecuentes lluvias otoñales y heladas hasta mayo. Ocupa suelos muy variados teniendo una buena capacidad de reserva de agua. Siempre se encuentra acompañado del boj (Buxus sempervirens) que es un arbusto muy bien adaptado a este ambiente comentado, en esta comunidad también podemos encontrar la aliaga, el lastón, gayuba y senera. Protegidos por el boj aparecen a finales de invierno narcisos y violetas. En sus claros hallaremos plantas mediterráneas como tomillos, lavandas y linos.
 
 
Lavanda
A menor altura que el quejigo crece la carrasca (Quercus ilex rotundifolia) que ocupa las solanas calizas del prepirineo, no es muy exigente en cuanto al terreno, llegando a trepar por congostos desfiladeros fluviales, siendo el único árbol rupícola de esta zona. Con ella conviven el boj, el enebro, a sabina y la gayuba.
 
 
Enebro
 

¿SABÍAS QUE …?

  • El hombre ha modelado el paisaje, lo ha domesticado y ha hecho de la montaña un espacio habitable, aunque no siempre dócil. Pero desde la postguerra, esta cordillera se ha ido vaciando progresivamente de sus tradicionales moradores, y con ello se ha ido perdiendo todo un legado de conocimientos seculares ligados a las plantas. 
  • La montaña era la botica y la despensa de los pueblos pirenaicos. Entre los numerosos usos de las plantas, con la madera de tejo y de acebo se construían puentes, mientras que en la edificación de casas del prepirineo se utilizaban el carrizo con adobe y el ramaje de enebro para la techumbre. Y nada mejor que la dura madera de boj para tallar cuencos o cucharas. Como uso medicinal tienen mucho interés las plantas digestivas como las manzanillas y lo que ellos llaman tés, que abarca 36 plantas de té de monte y de roca, entre otros, además del Trifolium alpinum, un trébol alpino cuya raíz era arrancada por los pastores por su refrescante sabor a regaliz. Para aliviar el dolor de muelas se echaba mano del el beleño y para el muscular algunas árnicas. Contra la sarna y las heridas de provocadas en los cascos de los equinos se utilizaban la escabiosa mordida (Succisa pratensis).
  • No podemos olvidar el componente mágico-religioso de las plantas. Una de estas “flores mágicas” es el cardo de brujas también llamado cardo de puerto o de sol, (Carlina acaulis y C. acantifolia). Este símbolo solar era cortado en otoño por los aldeanos para colgarlo en los dinteles de bordas y establos. Con ello se creía que se espantaba a los malos espíritus. Una leyenda del Valle de Vio, al lado de Ordesa, cuenta que las brujas no atravesaban la puerta porque se entretenían contando los dorados pelillos del cardo hasta que les sorprendía el alba y tenían que regresar a su guarida. Los pelillos de este cardo son además un barómetro natural que sirve para predecir el tiempo ya que se cierran o se abre según la cantidad de humedad ambiental. Otra costumbre ritual es el endose, que consistía en entablar un diálogo con una planta o rezar unas oraciones para que la ésta se endosase la enfermedad y te dejara libre del mal.
  • Las plantas rupícolas reciben este nombre por vivir preferentemente sobre las rocas, donde aprovechan las mas pequeñas fisuras para adherirse y desarrollar por sus grietas raíces muy profundas que al mismo tiempo contribuyen a romper la piedra. Algunas plantas exclusivas de estratos calizos en paredes y canchales y endémicas del Pirineo central son la Borderea pyrenaica o la Petrocoptis crassifolia.
  • Rellenando grietas y pastizales pedregosos aparecen también las plantas crasas, que acumulan hasta la última gota de agua en sus hojas carnosas como la siempreviva (Sempervivum montanum).
  • Existen muchas especies adaptadas a vivir en los ambientes más variados: algunas sólo prosperan en zonas húmedas y sombrías como la oreja de oso y diversos musgos y helechos, otras prefieren peñascos secos y soleados como la corona de rey y otras Saxífragas, las hay acomodadas a vivir en la penumbra húmeda de cuevas y extraplomos como la Pinguicula longifolia, que se alimenta de insectos. En los suelos ácidos de las turberas tenemos un vasto espacio de exploración botánica; allí crece la carnívora atrapamoscas (Drosera rotundifolia) y los desgarbados y pegajosos tentáculos de las grasillas (Pinguicula grandifolia). Los rincones donde el suelo contiene humus abundante bien humedecido por las salpicaduras de pequeñas cascadas o rezumaderos están cubiertos de una vegetación especial de plantas de grandes hojas que preside Adenostyles alliariae. 
  • En los desprendimientos de la montaña, el Pino pudio se salva de los desmoronamientos sucesivos de nieve durante la temporada gracias a la gran flexibilidad de sus ramas, que se arrastran por el suelo desde las primeras coladas de nieve.
  • Los usos de la montaña han cambiado. El hombre regresa al Pirineo como turista y desconoce la manera de tratar este ecosistema tan sensible. Los embalses, las pistas de esquí, las urbanizaciones, los aparcamientos, las autovías, la contaminación de las fuentes y cauces o las carreteras están dañando a algunas comunidades de plantas y al conjunto paisajístico de esta cordillera. El paisaje que tenemos lo hemos heredado de unas actividades antiquísimas a las que se adaptaron las plantas. Hay una gran cantidad de ellas preparadas para recibir el agua fría de la montaña y evitar la erosión y han evolucionado hasta convertirse en endémicas sobre todo en las zonas altas, mientras que en las bajadas hay plantas que resisten el pisoteo pero no el trasiego de la maquinaria moderna que lo destruye todo.

                                             

   Flor del beleño (Hyoscamusniger)  folia)               

   Carlina (Carlina acanthi- grandiflora  )                                                                                                                                         

  Grasilla (Pin- guicula )

GALERÍA DE IMÁGENES

     Bosque mixto                                                                                      

   Globularias  (Globularia  punctata )                         

                                                 

 Maravilla (calendula offi- cinallis)                                                               

   Las Margaritas llenan los ca,pos en primavera                                           

  Rosal silvestre(Rosa canina)                                          

                                                      

       Hojas y semillas del Tilo                                     

  Acebo

 Flores de Carraspique                                                                              

   Lechetrezna ( Euphorba Cyparissias)                                                 

    Majuelo (Crataegus monoginea)                                     

     Sauco negro(Sambucus nigra)                                                   

    Aguileña(Aquilegia vulagaris)                       

   Madreselva                               

  Pino,Haya,Arce y Abedul conviven en nuesrtos

 bosques

   Abedul,hoja y fruto                                                                                                            

 Flores umbeliferas

    Margarita                                                                                                                         

   Mantis sobre Lirio pirenaico 

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Flora en los Pirineos 3 Espécies en peligro de estinción

Especies en peligro de extinción

 
La primavera ha llegado al Pirineo y la naturaleza se presenta en todo su esplendor. La flora pirenaica muestra sus variadas formas y colores. La flor más vistosa es sin duda la orquídea, cuya contemplación es un espectáculo sin igual, debido tanto a las complejas y variadas formas que adoptan, como a las vivas y llamativas coloraciones que presentan y entre ellas la más hermosa de todas en peligro de extinción: “el Zapatito de Dama”, protegida y vigilada en época de floración 
El Cypripedium calceolus, más vulgarmente conocido como “Zapatito de Dama”, es una preciosa orquídea que tiene en la flor un hermoso pétalo amarillo manchado de púrpura en forma de zueco o zapatito, que sirve de trampa para insectos, asegurando así su polinización.

La planta se distribuye por Norteamérica, Europa y Asia, pero está perdiendo efectivos en muchos lugares, ya que es cortada o arrancada por su gran belleza. En Bélgica y Luxemburgo está ya extinguida y en Gran Bretaña hace años que sólo queda un ejemplar silvestre en toda la isla y se ha tenido que reintroducir. En España, su límite suroccidental en Europa, sólo crece en los Pirineos en las tres reducidas poblaciones aragonesas de Sallent de Gállego, Pineta y Ordesa, y en otras dos catalanas. 

   

Uno bonito ejemplar de la flor Cypripedium celceolus
 
La orquídea habita en bosques húmedos (principalmente hayedos) y en las praderas húmedas cercanas. Su recolección, a causa de su belleza, es el factor fundamental que ha provocado la reducción de sus poblaciones haciendo que en determinadas regiones pase a ser una especie en peligro de extinción. A esto añadiremos los cambios en los usos del terreno e incluso el pisoteo de ejemplares jóvenes y la erosión y compactación del suelo al acercarse la gente a su hábitat natural.
 
SU FAMILIA, LAS ORQUÍDEAS

Las orquídeas (Familia Orchidaceae) forman parte de la Clase Liliopsida, las plantas que comunmente se denominan angiospermas monocotiledóneas y conforman la familia más extensa del reino vegetal, con alrededor de 30.000 especies divididas en unos 1.800 géneros distribuidos por todo el mundo. En España existen cerca de 80 especies dispuestas por toda la geografía nacional.

Son todas especies protegidas y algunas como el famoso Cypripedium calceolus se encuentran por desgracia en peligro de extinción.

Las orquídeas obtienen su nombre del griego "orchis", que significa testículo, por la apariencia de los tubérculos subterráneos en algunas especies terrestres. La palabra ‘orchis’ la usó por primera vez el filósofo griego Theophrastos (siglos IV-III a.C.), en su libro "De historia plantarum" (La historia natural de las plantas). Theophrastos fue discípulo de Aristóteles y está considerado como el padre de la botánica y de la ecología.

Se trata de las plantas más evolucionadas y especializadas. Debido a la complejidad de sus flores, a sus interacciones con los agentes polinizadores y sus simbiosis con las micorrizas, son consideradas como la culminación de la evolución floral. Su capacidad de adaptación es tal que hay orquídeas en casi todos los rincones del mundo, desde las zonas más frías, como Alaska, hasta las más áridas, como el desierto de Kalahari. Las hay que viven al nivel del mar, mientras otras lo hacen por encima de los 3.000 metros de altitud. Muchas viven sobre los árboles (epífitas), otras lo hacen sobre las rocas (litófitas), otras sobre la tierra y algunas especies se desarrollan incluso en ambientes subterráneos.

  Detalle de la flor del »Zapaztito de la Dama»
 
Y a pesar de lo que mucha gente cree, no son parásitas, ya que no se alimentan del árbol donde viven, solamente lo usan como medio de soporte y como vehículo para alcanzar la luz del sol. Algunas llegan a medir solo unos pocos centímetros y otras pueden tener el porte de un árbol. Sus flores pueden ser tan diminutas que resulta imposible observarlas a simple vista y otras tan evidentes y llamativas que no admirarlas es un verdadero pecado. Muchas han logrado que sus flores se asemejen a la perfección al insecto que las poliniza, otras usan sus vivos colores y otras poseen aromas que atraen a los polinizadores desde grandes distancias.

La orquídea, flor que desde tiempos inmemoriales ha despertado las más inimaginables pasiones en los hombres, ya en la antigua Grecia se le atribuían propiedades curativas y afrodisíacas.

Existen escritos chinos de 1500 años de antigüedad donde se hace referencia al cultivo de las orquídeas. Pero su verdadero descubrimiento como flor de alto valor ornamental y el comienzo de su calvario ocurrió en los albores del siglo XIX, cuando por casualidad llegaron a Europa las primeras plantas de Cattleya labiata (especie brasileña) muy parecida a nuestra flor nacional la Cattleya mossiae. Durante muchos años los recolectores profesionales provenientes en su mayoría de Francia e Inglaterra se dedicaron a saquear sin misericordia los bosques para satisfacer el gusto de las damas y la avaricia de los coleccionistas de la época por nuevas y raras especies, a tal punto que muchas de ellas ya se consideran extintas en la naturaleza.

 
¿CÓMO ES EL CYPRIPEDIUM CALCEOLUS?

El vulgarmente conocido zueco de Venus, zapato de Venus, zapatito de la Virgen ó zapatito de dama es el denominado Cypripedium calceolus en latín. Se trata de una preciosa orquídea terrestre caracterizada por ser un geófito rizomatoso, es decir, una planta que pasa el invierno en forma de rizoma y cuya multiplicación se da por la división del mismo en primavera o en otoño.

El rizoma es un tallo subterráneo, más o menos engrosado, sin clorofila y con hojas reducidas a escamas. Produce yemas y de él nacen las raíces, que suelen crecer horizontalmente.

El crecimiento de la especie es lento y su porte erecto; cada tallo suele medir entre 20 y 60 cm. de altura. Tienen de 3 a 4 hojas alternas, simples, enteras, oval-lanceoladas, agudas y amplexicaules en la parte inferior (que abrazan el tallo de la planta en su base).

Sus flores son hermafroditas, pudiendo tener una o dos; cada una porta una bráctea que es similar, aunque menor, a las hojas. Las flores son grandes, de alrededor de 3 cm. de longitud, pudiendo llegar hasta 9 cm. El periantio (envoltura floral estéril) es de color marrón púrpura, con cuatro divisiones en cruz. El labelo o pétalo es muy grande, sin espolón, de color amarillo limón, inflado y ahuecado en forma de zapatilla o zueco. El androceo y el gineceo están soldados formando el ginostemo ó columna, éste es colgante y presenta dos estambres fértiles laterales y una parte central petaloide. El ovario es pubescente y pedunculado. Los granos de polen se transmiten en polinios (masas que comprenden todo el contenido de una teca). Sus frutos son en cápsula, que se abren mediante valvas y sus semillas diminutas y numerosas.

Florece entre la segunda semana de mayo y la última de junio, según la altitud del lugar, poblaciones y años y cada flor dura abierta entre 11 y 18 días.

Es una especie rara y de difícil reproducción que crece en sustratos arcillosos, ácidos y en suelos boscosos; sus terrenos predilectos suelen estar bien drenados y compuestos por tierra de hojas o turba; sus ambientes favoritos son la semisombra o el sotobosque. En cuanto a la humedad, precisa un riego regular que debe suspenderse o disminuir durante el reposo invernal.

 
¿CÓMO ES LA REPRODUCCIÓN EN ESTE TIPO DE FLORES?

El zapatito de dama es una planta con flores hermafroditas y entomófilas. Su estructura floral es el resultado de una interesante especialización para asegurar la polinización cruzada por insectos y evitar la autofecundación. Es la única orquídea europea que tiene un labelo que funciona como trampa, que obliga a los insectos a pasar por un canal determinado donde primero dejan el polen que puedan traer de otra visita y en la salida se les adhiere el que han de portar hacia otra flor.

 
 Mata de Cypripedium calceolus con 9 preciosas flores
 
La reproducción vegetativa también es importante y se produce mediante la ramificación y el crecimiento del rizoma. Este tipo de crecimiento se observa en la aparición a lo largo del verano de algunos pequeños pies sin flor, por lo general de dos hojas, a partir de yemas laterales del rizoma. La crítica situación a la que han llegado las poblaciones de esta orquídea en otras partes de Europa ha llevado a desarrollar técnicas de cultivo in vitro para su recuperación.
 
¿DÓNDE PODEMOS ENCONTRAR ESTA PRECIOSA ORQUÍDEA?
 
Esta especie se encuentra en América del Norte, Eurasia y Japón. En la región eurosiberiana llega por el oeste hasta los Alpes, macizo central Francés y Pirineos. En la Península Ibérica sólo crece en los Pirineos catalanes y aragoneses, concretamente en las provincias de Barcelona y Huesca.
                             
                                Habitad ripico de la Oequidea
 
Esta especie vive en zonas con clima eurosiberiano, sobre substratos calcáreos. En el Pirineo aragonés se encuentra entre 1.200 y 1.600 metros de altitud. Estas poblaciones se hallan en tres hábitats diferentes: hayedo, pasto montano y bosque de ribera montano. Se estima que las tres poblaciones aragonesas contienen unos 3.223 individuos, de los que 837 son reproductores. Del total, unos 2.300 se encuentran en la población de Sallent de Gállego, 900 en Pineta y 9 en Ordesa (datos referentes al año 2003).
 
INTERÉS CIENTÍFICO DEL CYPRIPEDIUM CALCEOLUS

El interés científico de esta preciosa flor es indudable ya que es la única representante europea de la subfamila Cypripedioideae, dentro de las orquídeas. Además supone un interesante ejemplo de especialización en la polinización por los insectos. Como ya se ha dicho, es la única orquídea europea que tiene un sistema de polinización mediante una trampa para insectos. Además, tiene un valor natural y cultural intrínseco ya que forma parte del patrimonio natural que hemos heredado y ha de conservarse.

                  Dos primeros planos de éstas Orquideas
 
MEDIDAS YA EN MARCHA PARA SU CONSERVACIÓN

El departamento de medio ambiente del Gobierno de Aragón ha puesto en marcha en los últimos años diversas medidas para la conservación de esta orquídea. Desde 1997 se viene realizando un seguimiento de las tres poblaciones aragonesas, así como estudios demográficos de las tres poblaciones y varios estudios sobre diferentes aspectos de su biología. Otras medidas incluyen búsquedas periódicas por parte de los agentes de protección de la naturaleza, sistemas de protección frente al ganado mediante vallados electrificados y un programa de vigilancia y asesoramiento a los visitantes en las zonas en las que se encuentra.

También se ha puesto en marcha un plan para su recuperación. El objetivo del Plan de Recuperación es disminuir los riesgos y amenazas que pesan sobre la especie hasta conseguir su recatalogación en Aragón desde "en peligro de extinción", a la categoría "de interés especial". El ámbito de aplicación del presente Plan de Recuperación incluye los siguientes Lugares de Importancia Comunitaria (LIC): Monte Pacino, Alto Valle del Cinca, Ordesa-Monte Perdido y Río Cinca (Valle de Pineta). Todos ellos se encuentran dentro de los términos municipales de Bielsa, Fanlo, Puértolas, Sallent de Gállego, Tella-Sin y Torla.

 
Con esta actuación se cumple la exigencia establecida por la Ley 4/1989, recogida a su vez en el artículo 8 del Decreto 49/1995, del Gobierno de Aragón, aprobando el Plan de Recuperación del zapatito de dama, Cypripedium calceolus, y estableciendo unas normas de protección preventiva. En el Plan de Recuperación se realiza un análisis de la situación actual, en cuanto a la problemática de la especie y las actividades realizadas para su protección, se fija el objetivo a alcanzar, se determinan las directrices y las actuaciones para la consecución de dicho objetivo y se establecen los mecanismos para la necesaria cooperación entre las distintas administraciones públicas.
   Flor del  Cipripedium calceolus
 
¿QUÉ PODEMOS HACER TODOS PARA CONSERVAR LA FLORA?

Todos podemos aportar nuestro pequeño granito de arena para conservar todas y cada una de las plantas que nos rodean. He aquí algunos ejemplos a tener en cuenta para garantizar su conservación:

  • Valorar el carácter natural de la vegetación.
  • Evitar la recolección de plantas.
  • Respetar los caminos y las sendas sin salirnos de ellos.
  • Respetar las normas establecidas por las administraciones públicas.
  • No realizar vertidos de ningún tipo en un entorno natural.

¿POR QUÉ CONSERVAR TODAS LAS ESPECIES?

La conservación de las especies vegetales es primordial; pero no es suficiente conservar una especie cuando hay variabilidad entre las plantas que pertenecen a la misma. Hay que conservar también, dentro de ella, cada una de las subespecies o variedades que difieren en pequeños detalles porque precisamente ese pequeño detalle puede llegar a ser importante para algún uso. La ley garantiza la conservación de todas las especies, pero algunas de ellas merecen una serie de medias específicas de protección.

Así pues, son numerosas las razones para la conservación de nuestra flora, entre las que podemos citar las siguientes:

  • Para que puedan ser disfrutadas por todos nosotros y por las futuras generaciones, igual que se conservan los restos arqueológicos o históricos.
  • Porque cada especie es fruto de millones de años de evolución, forma parte sustancial de la naturaleza, cuyo complejo funcionamiento sólo conocemos en parte, y su pérdida influye decisivamente en la supervivencia de otras especies.
  • Algunas dominan los hábitats en los que crecen, con lo cual crean paisajes muy característicos que han de ser conservados.
  • Por su interés científico.
  • Por ser una parte de la cultura de los habitantes de la zona donde crecen.
  • En el caso de los endemismos aragoneses, el hecho de crecer tan sólo en Aragón en todo el planeta ya es suficiente para plantearse su conservación como parte del patrimonio natural propio y único de Aragón.
  • Pueden servir como fuente de recursos (medicinas, alimentos, fibras, etc.) Muchas especies de plantas son útiles hoy en día y no se sabe qué otras especies que actualmente no se utilizan pueden llegar a ser útiles cuando la investigación progrese. Por ello, muchos países, y entre ellos España, se comprometieron a hacer lo posible por conservar la diversidad biológica firmando un Convenio en Río de Janeiro en 1992.
¿QUÉ PLANTAS NECESITAN MEDIDAS ESPECÍFICAS DE CONSERVACIÓN?
 
Las plantas que merecen mayor atención son las que sufren riesgo de desaparición, sea por causas naturales o artificiales. Una especie, subespecie o población necesita medidas de conservación cuando:
 
  • Cuando es endémica de una zona muy restringida (es decir, que no está presente en otros lugares del mundo) y sus poblaciones dentro de esa área son pequeñas.
  • Cuando es abundante en otros lugares del mundo, pero una zona concreta del terreno es el borde de su área de distribución (se dice que llega de forma finícola) y sus poblaciones allí son pequeñas. Por ejemplo, Salix daphnoides es una especie de sauce que se distribuye por buena parte de Europa, pero que por el suroeste sólo llega al Pirineo central (valle de Pineta), donde es muy escaso.
  • Cuando salta de una zona muy lejana a otra zona, sin que se encuentre en la zona intermedia (se dice entonces que tiene distribución disyunta) y sus poblaciones aquí son pequeñas.
  • Cuando sus poblaciones están disminuyendo en toda o casi toda su área mundial. Este es el caso del zapatito de dama (Cypripedium calceolus).
  • Cuando depende de un tipo de hábitat que está desapareciendo en todo o casi todo el mundo.
  • Cuando tiene un gran valor ecológico.
  • Cuando la especie es muy recolectada o aprovechada de cualquier forma, lo que pone en peligro su aprovechamiento por las generaciones futuras. Esto es lo que sucede con el acebo (Ilex aquifolium), que se usaba demasiado como adorno, especialmente en Navidad, hasta que se incluyó en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón.

                                             

                            Salix dphnoides                      Acebo (Ilex aquifolium) 

¿QUÉ FACTORES AMENAZAN A ALGUNAS ESPECIES, SUBESPECIES Y POBLACIONES?

  • La roturación de tierras para construir infraestructuras (carreteras, ferrocarriles de alta velocidad, pistas para parques eólicos, tendidos eléctricos, embalses, etc.), para extraer recursos mineros a cielo abierto o para ampliar las tierras de cultivo. También las plantas de alta montaña se ven afectadas por las estaciones de esquí.
  • Alteraciones en las lagunas saladas temporales, como el drenaje, el cúmulo de escombros o piedras o bien el desagüe de los regadíos permanentes de agua dulce, haciendo desaparecer algunas especies halófilas.
  • La contaminación del agua para las plantas acuáticas.
  • La recolección de plantas bonitas caso por ejemplo del Cypripedium calceolus.
  • La recolección para herbolarios por botánicos profesionales y aficionados, que es más frecuente cuanto más rara es la planta.
  • Algunas actividades turísticas y deportivas, como las realizadas en vehículos todoterreno.
  • Ciertos métodos de aprovechamiento de los bosques dirigidos sólo a la producción de madera. Por ejemplo, retirar la madera antes de que se descomponga en el suelo del bosque eliminando al musgo Buxbaumina viridis, que sólo vive en la madera en descomposición de bosques maduros; las cortas a hecho (todo el bosque a la vez) supone la desaparición de las plantas que necesitan sombra para crecer.
  • Las especies endémicas de una zona muy restringida tienen un peligro genérico, que consiste en que cualquier afección a esa pequeña zona supone la desaparición de la especie. Incluso un accidente natural, como un incendio provocado por un rayo, una avalancha de nieve o el depósito de aluvión en la orilla de un río pueden causar la extinción de una especie que crezca en un lugar muy concreto.

  Buxbaumina viridis

 

¿QUÉ PUEDEN HACER LAS INSTITUCIONES PARA CONSERVAR LAS PLANTAS RARAS?

1.- Establecer un régimen de protección preventiva que prohíba su recolección o destrucción.

2.- Investigar la biología, la distribución, los factores de amenaza y la evolución de las poblaciones de la especie para saber cómo actuar después, ya que a menudo nos damos cuenta de que está desapareciendo una planta de la que no sabíamos casi nada (a veces, la sorpresa es agradable y la especie resulta ser más frecuente de lo que parecía antes de buscarla intensamente).

3.- Preservar el hábitat (declarándolo Espacio Natural Protegido, comprando terrenos para la Administración Pública, negociando acuerdos con los propietarios de los lugares donde crece, vigilando el cumplimiento de la normativa ambiental…)

4.- Conservar la planta fuera de la naturaleza, en viveros, en cultivos in vitro, en bancos de semillas a baja temperatura, etc. Y poner a punto técnicas y condiciones de reproducción, ya sean vegetativas o por semilla, para poder reforzar las poblaciones en declive, ampliar su área de distribución o para reintroducirla si se produjera la extinción en la naturaleza. Esta última medida se debe aplicar sólo cuando la conservación de la planta en su hábitat ha fallado, ya que lo deseable es preservar todo el ecosistema del cual la planta forma parte, y muchas de cuyas relaciones no conocemos actualmente. Por ejemplo, es posible que, al extinguirse una planta, desaparezca también un insecto que dependía de ella sin haber llegado a ser conocido por el ser humano. Aunque la planta se haya conservado ex situ, es posible que el insecto haya desaparecido de todas formas.

5.- Divulgar y concienciar sobre la importancia de la conservación de la diversidad vegetal.

¿CÓMO SE LLEVAN A CABO ESTAS MEDIDAS DE CONSERVACIÓN?

Los instrumentos legales para efectuar las tareas de conservación antes citadas son los siguientes:

De acuerdo con lo dispuesto en la Ley 4/1989, de 27 de marzo, de Conservación de los Espacios Naturales, de la Flora y la Fauna Silvestres, está prohibido “alterar la vegetación” en general. Pero, muy especialmente, queda prohibido arrancar o mutilar una planta, poseer o vender sus restos cuando está incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas (aprobado por Real Decreto 439/1990, de 30 de marzo, y modificado posteriormente) o en el Catálogo de Especies Amenazadas de Aragón (aprobado por Decreto 49/1995, de 28 de marzo, de la DGA).

Además, también están especialmente protegidas en Aragón las especies incluidas en el anexo IV de la Directiva de Hábitats (Dir. 92/43/CEE), de 1992, de la Unión Europea y las del anexo I del Convenio de Berna para la conservación de la vida silvestre en Europa, que España ratificó en 1986.

La Directiva de Hábitats también ordena establecer Zonas Especiales de Conservación (ZECs) que incluyan hábitats de los que aparecen en el anexo I de la Directiva como de importancia comunitaria, y sobre todo los prioritarios, así como hábitats de las especies incluidas en el anexo II, y particularmente de las especies prioritarias. Las ZECs formarán una red en la que estarán representados todos los ecosistemas y todas las especies de Europa, llamada Red Natura 2000, y que constituirá una pieza clave de la política de protección de la vida silvestre en la Unión Europea. Actualmente se está en el proceso de proposición de Lugares de Importancia Comunitaria para que sean designados ZECs por la Unión Europea.

Por otra parte, la ley 4/1989 de las Cortes Generales y la Ley 6/1998 de las Cortes de Aragón establecen que se pueden declarar diferentes tipos de Espacios Naturales Protegidos para, entre otras finalidades, conservar especies vegetales.
La citada Ley 4/1989 obliga a elaborar para cada especie, subespecie o población catalogada planes que dependen de la categoría en que esté incluida:

Categoría
. Exinta
. En peligro de extinción
. Sensible a la alteración de su hábitat
. Vulnerable
. De interés especial

Definición
. Ha desaparecido en la naturaleza
. Si todo sih¡gue igual, desaparecerá en breve
. Si todo sigue igual,su hábitat desaparecerá en breve
. Si todo sigue igual, uede llegar a estae en peligrode extinción o sensible a la alteración de su hábitat
. Especie rara, de interés cultural o ecológico, pero menos amenazada que las anteriores.

Plan
. Reintroducción
. Recuperación
. Conservación del hábitat
. Conservación
. Manejo

Continuará………….